miércoles, 24 de noviembre de 2010

Vampiresa cruel

Quisiera desmembrar cada parte de tu ser y tomar tu sangre con un poco de hielo y whisky.
Quisiera lamer cada célula de tu piel y degustarte con un buen cigarrillo.
Quisiera poseerte y montarte como un toro y hacerte gritar y perder la conciencia entre tanto placer.

En un mundo dominado por la hipocresía, el falso amor, la doble moral, te encuentro fina, delicada, pero ala vez salvaje y domadora, eres toda una mujer que hace vibrar mis venas al sonido de tu voz, al paso de tus pies y al roce de tus labios.

Tus senos firmes y suaves, menuda figura con movimientos pasionales y entrañas tibias, volcanes juntos que explotan y crean caos pero belleza, arte y caos, salvajismo y conciencia.

Ella dice que soy esclavo y terco de algo que no puede pasar... pero en este mundo nada es imposible y menos si hay pasión de por medio, sentimiento, toques sutiles y delineados al tocar tu rostro y sentir tu cuerpo cerca. 

Sentirme el ultimo hombre del mundo, el ser menos hipócrita posible, el sujeto mas loco y el niño mas bobo, sentir tus manos, sentir tu risa y tus miradas que piden un beso para demostrar mi hombría, sentir la vida a través del placer... no busco amor, busco la satisfacción. Manchar tal sensación con sentimentalismos de secundaria haría a esta obra algo vulgar, obsceno e inservible, no hay amor mas puro que el que se siente por el placer y la belleza, en este amor no hay ocultismo, mentiras ni falsedades, todo es claro, visible y se puede tocar y sentir.

Este es mi amor por ti, mi devoción por tu persona y mi fantasía de vivir.

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