jueves, 2 de diciembre de 2010

Time

Tomando un escape de lo cotidiano, noche en vela pensando en lo absurdo que es el existir en este mundo tan vano y material.

Me pregunto donde quedan aquellos amigos de la infancia que nunca tuve, ¿en que momento se perdieron para no llegar a mi?, ¿ por que nunca tuve ánimos de estar con alguien cuando era apenas un infante y prefería estar solo y contemplar el cielo o imaginar mi vida?

Libro tras libro me doy cuenta que aun soy un fracaso de escritor, que solo imagino grandeza y no la plasmo, no la palpo; me pierdo en rasgos, bosquejos e ideas vanas de un mundo artístico, bello y sublime que puedo alcanzar de desearlo.

Buenas acciones en el día, dulces sueños y un balazo en la cien es todo lo que digo, tres balazos mas y me siento vivo al fumar un cigarrillo frente ala pantalla, inhalo cada pequeña parte de humo y siento mi garganta irritada y una relajacion extrema y nada normal.

The dark side of the moon suena en mi estéreo, escucho el track "time", comienzo a descender en un viaje interno donde las figuras y colores se distorsionan y los recuerdos se sobreponen a una imagen poco visible, la canción cambia de tono y se escucha a David Gilmour cantar tan únicamente, su guitarra, los teclados, la batería todo es un conjunto en caos y desesperación armoniosa que me da paz y me deja desecho y fragil ante recuerdos irónicos, abstractos y nada útiles.

Unas cuantas palabras aparecen en mi mente y revelan el guion de una obra que puedo hacer, la necesito hacer, es bella, dramática, vaga y encantadora, desastrosa y única pues es mi primer obra. Me siento en la mesa con el estéreo a todo volumen y una cajetilla de cigarros llena al lado de mi maquina de escribir recién adquirida y un tanto empolvada. Hoja tras hoja las personas se desarrollan, aman, mueren, se entregan , reflexionan, viven... eso es viven.... viven gracias a mi, a mi fútil imaginación y mis recuerdos y anhelos perdidos y degradados, ignorados, despreciados por no ser útiles.

Comienzo a entrar en un trance mas profundo y dejo de ser Emmanuel para convertirme en un escritor, no dejo de presionar las teclas de la maquina, lo hago  tan frenética y rápidamente que ya las yemas de los dedos se hinchan, pero hago caso omiso y sigo dentro de mi mismo, creando, demostrando y jugando con la vida de mis personajes a mi placer y mi sádica imaginación.

Lejos, lejos esta el deseo de algo vano, lejos esta aquel libro que algún día matara a mi yo anterior y diera vida a este monstruo en potencia, a este ser que aun no termino de comprender, mas vivo, mas dueño de si, mas frívolo, mas cínico y mas... mas... absurdo, sonidos divagantes y lejanos, libros viejos, labios rosas, curvas vivas, vino blanco, humo suave y gris, todo es un conjunto y un nada en mi ser.

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